Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://miriamgkyn750773.topbloghub.com/45009141/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane